Por suerte, me queda el consuelo de saber que quien se monte en ella no se lo va a pasar precisamente bien, ya que hace un par de años, al novio yonki de mi madre se le ocurrió cambiarle el sillín. Desde entonces, no existe ente en el mundo capaz de sentarse ahí, y si lo consigue, será a costa de perder buena parte de su aparato genital…Muahahahahah
miércoles, 28 de marzo de 2007
El Ladrón de bicicletas
Por suerte, me queda el consuelo de saber que quien se monte en ella no se lo va a pasar precisamente bien, ya que hace un par de años, al novio yonki de mi madre se le ocurrió cambiarle el sillín. Desde entonces, no existe ente en el mundo capaz de sentarse ahí, y si lo consigue, será a costa de perder buena parte de su aparato genital…Muahahahahah
lunes, 26 de marzo de 2007
Saco de mierda.
miércoles, 21 de marzo de 2007
Vacazul
lunes, 19 de marzo de 2007
miércoles, 14 de marzo de 2007
Librerías de viejo.
Hay-On-Wye es un pueblo galés de unos 2000 habitantes que cuenta con 30 librerías, una casa de subasta de libros, dos talleres de encuadernación y varias tiendas de artesanía relacionada con el mundo literario.
Otras villas han seguido el ejemplo, convirtiéndose en inmensas librerías a las que acudir en busca del libro perdido. En Urueña, un pueblo medieval vallisoletano de 180 habitantes, se ha puesto en marcha un proyecto similar, que empezará con la apertura de nueve librerías. Teniendo en cuenta que la provincia de Tarragona está llena de pueblos semiabandonados, no sería mala idea hacer algo similar pour ici, ¿no? Por si os interesa, dejo una lista de pueblos-librería de viejo:
Reino Unido: Hay-On-Wye (Gales), Wigtown (Escocia), Sedbergh (Inglaterra).
Francia: Becherel, Fontenoy-La-Joûte, Cuisery, Charité-sur-Loire, Montmorillon.
Alemania: Mühlbeck, Wündsdorf.
Bélgica: Damme, Redu.
Holanda: Bredevoort.
Suiza: Saint-Pierre-de-Clages.
Noruega: Fjaerland, Tvedestrand.
Finlandia: Sysmä.
Italia: Montereggio.
EEUU: Nevada City, Stillwater.
Canadá: Sydney.
Japón: Jimbou, Kembuchi.
Malasia: Langkawi.
Australia: Bowral.
lunes, 12 de marzo de 2007
Fostiones salvajes.
Recuerdo tres galletas especialmente cruentas. En la primera, y más peligrosa, yo transportaba a Namari Monster en mi elegante ciclo (empezamos mal, dos adolescentes en una bici del Sabeco). Íbamos por un callejón (calle de los Santos Médicos) y estábamos a punto de incorporarnos a una calle (calle de Santo Tomás), de modo que asomé la cabecita y vi una moto en lontananza…parecía estar muy lejos, así que tiré palante,…… y acto seguido estaba en el suelo, con la barbilla incrustada en la acera de enfrente, y con Namari, la bici, la moto, y los dos tíos que iban montados en la moto subidos a mi chepa. Como recuerdo, me queda un bultito en la mandíbula, una apertura bucal limitada a unos 40º y unos crujidos horrorosos. Namari no se hizo nada, y los tíos tampoco. La bici quedó hecha una patata ondulada. Por suerte, mi santo padre se apiadó de mí y me compró una nueva.
La segunda gran hostia se la pegó Namari solita: era un día lluvioso y la niebla se podía cortar con un cuchillo. Volvíamos para casa cuando Namari resbaló y se llevó una nata monumental. La pobre se torció un pie, pero yo me percaté de que se había caído unos 500 metros más tarde. Cuando me di cuenta de que estaba hablando sola, volví sobre mis pedaladas y la encontré muerta de risa, arrastrando la bici y con el pie hecho mierda…Me explicó que al caer se puso a gritar mi nombre, pero que yo continué como si nada (triloriloríííí) y desaparecí en la niebla, mientras otros alumnos del instituto, (que también iban en bici), pasaban a su vera sin ayudarla y se internaban también en la niebla.
El tercer rijostio fue el peor por la humillación que supuso. Volvíamos para casa la mar de contentas, llegaba el verano y estrenábamos carretera. Digo que estrenábamos carretera porque hacía poco que habían reformado una de las vías de acceso al instituto. La carretera en cuestión era enorme, con carril bici y todo, y para acceder a ella tenías que subir una cuesta considerable. Como recompensa, a continuación te encontrabas con una bajada fantástica, larguiiisima, de las que dejas de pedalear y te pones a gritar. La cuestión es que nos lanzamos a toda velocidad……………sin ver que había un grueso cable de acero extendido de lado a lado de la carretera, y obreros faenando alrededor. Justo cuando vimos el cable (porque ya lo teníamos bajo las ruedas) los muy cabrones tiraron de los extremos…y salimos volando, literalmente. Mientras caía no podía creer lo que había ocurrido…Las quemaduras fueron similares a las del Guest Star de Dla Monster, pero repartidas por piernas, brazos, espalda, cara…y los obreros venga a descojonarse (pa mí que aún se están riendo). Huelga decir que huimos a toda prisa, murmurando algo parecido a “Quin ridícul, quin ridícul! Fillsdeputa!”, con lágrimas en los ojos y un tembleque en las piernas que pa qué.
Entiendo que la situación era ideal y demasiado tentadora (dos adolescentes, una llena de granos y la otra con aparatos, deslizándose con sus cacharrociclos con los jetos deformados por la velocidad…….y un cable que invita a portarse mal),...... ¡Pero casi nos matamos!.
En fin, os invito a explicar vuestros fostiones, que seguro que los hay…(¿no es así, Woswito?)
viernes, 9 de marzo de 2007
Guest Star: Las desventuras de Dla Monster.
Hoy me he caído. La verdad es que me he caído tres veces, y en las tres ha sido la misma rodilla la que se ha llevado la peor parte. Todo ha empezado con un inocente partido de fútbol universitario tranquilo y relajado, pero cuando me he querido dar cuenta había recibido más palos que una piñata de cumpleaños. Entonces ha comenzado lo duro. Me he dirigido hacia la caseta prefabricada donde los árbitros guardan sus pertrechos: banderillas, silbatos y por supuesto un botiquín. O lo que yo esperaba que fuese un botiquín. Cuál ha sido mi sorpresa al encontrar una “bolsa” de plástico llena de cremas para quemaduras caducadas (¿cremas para quemaduras? ¿que pasó con el tradicional Calmatel®…?), unas gasas sin abrir (gracias Dios…), y una PUTA botella de agua oxigenada de por lo menos tres litros también sin abrir. Después de batallar con unas tijeras para críos de parvulitos, (es decir, de aquellas sin punta y sin filo), para abrir la botella, se me cae más de medio litro de agua oxigenada infernal en la rodilla. DIOXXXXXXX, ha empezado a salir espuma de las heridas como si a mi piel le hubiese entrado un ataque de sialorrea aguda, y he soltado un alarido que ha hecho asomar algunas cabezas por la puerta de la caseta. De que coño está hecha el agua oxigenada? de lava? LvO3?... Desde la adolescencia no he necesitado verter este líquido sobre mi piel y no recordaba que fuese tan desagradable… Bueno, he salido de la caseta, ahora cojeando de verdad, y me he sentado para ver si el tema mejoraba. En ese momento me he sentido humillado por una botella. Acto seguido he utilizado “el recurso” de toda madre que se precie ante una situación similar: soplar con dulzura. La mierda herida ha empezado a escocer como si se hubiese cabreado de verdad. ¡Pero bueno!, ¿es que ya no queda nada sagrado?
Conclusión: la próxima vez me lo pensaré dos veces antes de volver a jugar a fútbol sin rodilleras de pinchos.
miércoles, 7 de marzo de 2007
Welcome to my neighbourhood!
MIS VECINAS Y LA MIERDA DE MÚSICA QUE ESCUCHAN.
Tengo dos vecinas que tienen la insana costumbre de poner “música” a toda hostia a partir de las nueve de la mañana. Una de ellas, a la que denominaremos “Vecina A” pone reggaetón. Uf.
Ecuación de la Vecina A:
1. Todos sabemos que el reggaetón se caracteriza por unas líneas de bajo y un ritmo de batería/caja de ritmos clónicos y repetitivos hasta la saciedad (tun-ka-tun-ka-tunnn...), que se combinan con voces estridentes.
3. Recordemos que pone el equipo musical a máximo volumen.
4. Resultado: todas las paredes y los cristales de mi santa casa retumban a ritmo de reggaetón latino y sabrosón. Por suerto, sólo llegan las frecuencia bajas y no oigo las voces (ni las letras, por suerte, que merecerían un post de análisis aparte).
La “Vecina B” vive en el bloque de enfrente, es decir, compartimos patio de luces. Lo de la “Vecina B” es pa darle de comer aparte. Yo creo que o está sorda, o tiene una colonia de avutardas / mapaches / tejones en el pabellón auditivo (no tengo claro cuál de las tres especies es la afortunada), pero no se ha percatado porque queda oculta tras los aros de quilla. Con aros de quilla me refiero a los pendientes esos que sirven para domar hámsters (¡Salta Snniffy!)…
En fin, vamos con la ecuación:
1. Afinidad por los grupos con voces agudas. Cuanto más estridentes y chillonas, mejor.
2. A mi vecina “B” le gusta mucho cantar.
3. Mi vecina “B” tiene voz de pito.
4. Resultado: me despierto de buena mañana con sus berríos, que en el mejor de los casos acompañarán a Camela, Los Caños, e inmundicias similares.
Fin del post. ¿Alguien me presta una recortada? Una radial también serviría…
martes, 6 de marzo de 2007
Relleno
Halsman se instaló en su estudio de Nueva York y trabajó con cinco asistentes y su esposa Yvonne quien - fuera de cámara - sostiene la silla que parece volar a la izquierda de la foto. Según explica el propio fotógrafo, a la cuenta de tres los asistentes lanzaron los gatos y el balde de agua. Al llegar a cuatro saltó Dalí, mientras otro asistente bajaba bruscamente el piso del set. De esta forma los muebles parecen levitar.
A la derecha del fotograma figura una réplica de la célebre pintura daliniana "Leda atómica", de donde saca el nombre la fotografía.
La toma realizada con una cámara de placas 4 x 5 (9 x 12 cm) y destello electrónico, dio como resultado, luego de seis horas y veintiocho intentos, una fotografía histórica que es un prodigio técnico y de ingenio.
En su libro "Halsman en la creación de ideas fotográficas", el autor explica: "Mis ayudantes y yo estábamos agotados, completamente mojados y sucios. Solamente los gatos parecían como nuevos".
lunes, 5 de marzo de 2007
Stinkfist
Tool es un gran grupo, musicalmente hablando, y Stinkfist es una de mis canciones favoritas. Lo del tufillo a misticismo de pacotilla es harina de otro costal. No sé hasta qué punto se lo creen, pero parece que lo de componer canciones a partir de secuencias fibonacci, espirales, chanchullos numerologísticos y parábolas no da malos resultados.
Mejor no hablar de los fans iluminados que decodifican profecías en un estornudo del Maynard…